miércoles, 9 de enero de 2013

CAPÍTULO 2: ¿ME ESTABA ENAMORANDO?



Me desperté. Harry no estaba en la cama, así que supuse que estaba en la cocina desayunando. Cuando entré en la cocina me encontré el desayuno hecho encima de la mesa. No pude evitar sonreír.
-¡Buenos días! -me dijo cuando estaba detrás de mí, dándome un beso en la mejilla. Cuando me di la vuelta, pasó rápido por delante de mí, dirigiéndose a la puerta.
-¿Adónde vas? -pregunté asustada. No quería que se fuera.
-Es sábado, tengo que trabajar en la panadería de la esquina; si quieres, cuando termines de desayunar te vienes. -me dijo desde la puerta sonriendo y después la cerró.
-Es tan perfecto… -se me escapó. Harry estaba fuera, despidiéndose de mí con la mano a través de la ventana. “Espero que no me haya oído” -pensé.
Desayuné rápido, y lavé los platos. Fui a mi habitación y me cambié de ropa, me puse esto:

Me maquillé, me lavé los dientes y salí. No tardé mucho en llegar, estaba cerca. La panadería estaba cerrada todavía, pero la puerta estaba abierta. Entré, pero no encontré a Harry. Me metí por un pasillo y me lo encontré enfrente de un espejo peinándose con un movimiento muy sexy. No pude soportar reírme. Harry se dio cuenta.
-¿De qué te ríes? -se acercó a mí. -Siento haber sido tan soso esta mañana, llegaba tarde.
-No pasa nada. -respondí. -¿Hablaste con tus amigos? -Harry se quedó pensativo. -Lo de ayer… Los de Cuba!
-¡Aah! Sí, el lunes vamos, ¿vale? -se acercó y me abrazó. -Te olvidarás de él, te lo prometo. -me susurró.
-Vale.. muchas gracias, en serio, te acabo de conocer y ya me están intentando ayudar, muchas gracias.
-No se dan. -me guiñó el ojo. -Tengo que abrir, ¿me ayudas a vender?
-Claro -le sonreí. -¿Qué tengo que hacer?
Harry me miró raro.
-¿Nunca has ido a una panadería o qué? -se rió y esperó mi respuesta.
-Sí, es que…, bueno déjalo. -¿Qué podía decir? Esa sonrisa no hacía más que ponerme nerviosa, no podía parar de sonreír cuando estaba junto a él… Era jodidamente perfecto.
-¡Eh! Buenos días. -Harry pasó mi mano enfrente de mi cara para ver si me despertaba.
-¿Me quedé embobada? Lo siento. -dije avergonzada.
-No pasa nada -dio la vuelta al cartel y quedó abierta la panadería. Dio la vuelta al mostrador y me senté con él.
Nos quedamos un momento mirándonos sin decir nada. A ninguno de los dos nos molestaba, en absoluto. Era un silencio cómodo y cada uno se perdía en la mirada del otro.
El sonido de una campana nos hizo reaccionar.
Entró un señor comprando pan, y luego otro, y otro, y así toda la mañana. Se me hizo eterno, no paraba de mirar a Harry, sentía celos de todas y cada una de las personas que compraban, porque ÉL les regalaba una sonrisa.
-Bueno, son las 14:00, vamos a comer. -se levantó y yo con él.
Salimos de la panadería y llegamos a casa.
-¿Sabes cocinar? No me apetece ahora encender la cocina. -me dijo con cara de pena.
-Jajaja, mira que eres vago… -le sonreí tiernamente.
-¡No soy vago! -puso cara de cachorrito y encendí la cocina.
-¡No! -Harry me quitó enseguida las manos de la cocina. ¿Había hecho algo malo o qué? -No voy a dejar que cocines solo porque soy un vago!
¿Se podía ser más dulce? ¿Se podía acaso ser sexy y dulce al mismo tiempo? Sí, Harry era las dos cosas a la vez.
-¡Tierra llamando a ____ ¡ ¿Cuántas veces te vas a quedar embobada? -se rió.
“Tantas veces como me sonrías” -pensé. Me reí con él y decidimos ir a comer los dos a algún sitio.
Cuando íbamos a salir, llamaron al timbre.
-¿Zayn? ¿Qué haces aquí? - oí a Harry mientras yo me cambiaba de ropa.
-¡Hola Harry! Pues yo muy bien, ¿y tú? Me alegro… - dijo Zayn irónicamente.
-Vale, sí. ¿Qué quieres? -Harry parecía algo cansado. Cuando por fin me cambié, bajé las escaleras y vi a un chico alto, moreno y con una mecha rubia en el pelo. Era guapo… pero no tanto como Harry.
-Vengo a presentarte a la mejor chica del mundo. -no me di cuenta hasta ese momento de que de la mano de Zayn había una chica de mi estatura, más o menos, morena y con el pelo largo (como yo lo llevo queriendo desde hace mucho) Parecía maja y me daba la impresión de que íbamos a ser buenas amigas…
-Hola, soy Ari -me dijo con una voz dulce.
-Yo soy Harry, el amigo del gilipollas de al lado tuyo, que no nos deja salir a ____ y a mí; y ella -pasó su brazo por mi hombro- es ______
-Sí, Ari, dejémosles, que tienen cosas más importantes que hacer. -dijo Zayn fingiendo que estaba molesto.
-Este tío es tonto. -me susurró Harry una vez que se fueron.
Solo pude reírme. Llegamos al restaurante y comimos.
-Bueno, ¿qué quieres hacer? -me dijo dulcemente cogiéndome de la mano.
-Lo que quieras. -respondí. Él se río. Podía ser muy dulce físicamente pero era muy, muy pervertido.
-Vale… te llevaré al cine.
-Me parece bien. -respondí; y me llevó al cine para elegir una película. De miedo.
“¿De miedo? ¿En serio, Harry? “ pensé. Odiaba las películas de miedo, pero me tranquilizaba saber que estaba con el chico más perfecto del mundo…
Una pregunta recorrió por mi mente nada más pensar eso de él: ¿me estaba empezando a gustar Harry? O… peor aún: ¿me estaba enamorando? 

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