Harry se sentó a mi lado sonriéndome.
-¿No bebes?-preguntó.
-No. Y tú tampoco deberías.
-¿Por qué?
-Porque es malo.
-¿No quieres que me muera?
-Prometiste ser el padre de mis hijos, y mi futuro marido.
-Lo seré. –me dio un beso y se abrazó.
-Es tarde, va a anochecer, vamos a casa. –dijo Louis. –Comeremos en un
restaurante, ¿vale?
-Qué aburrido, ¿no? –dijo Sheila.
-Aburrida tú. No dejas de molestarle. Pobre Louis, todo el día encima de
él…-dije.
-¡Tú no te metas! –me dijo elevando el tono de voz.
-¡Eres tú la que se ha metido! Estábamos tan bien aquí todos y vienes tú
a molestar a nuestro Louis! –dije con el mismo tono.
-¡EH, A MÍ NO ME SUBAS EL TONO! –me gritó. -¿QUIÉN TE CREES QUE ERES?
-¿QUIÉN ME CREO QUE SOY? ¿QUIÉN TE CREES TÚ QUE ERES? ¡VETE Y DÉJANOS EN
PAZ, ESTÁBAMOS GENIAL SIN TI! –grité todo lo que pude. En serio no la
soportaba.
-¡Eh, eh, parad! –dijo Harry cogiéndome de la mano y Louis agarrando a
su amiga.
-¿DE QUÉ HABLAS TÚ, ESTÚPIDA? ¡NOSOTROS ESTÁBAMOS GENIAL SIN TI! DESDE
QUE VINISTE, ESE TAL TOM HA QUERIDO PEGAR A MI HARRY, Y ESA SARAH, O COMO SE
LLAME, TAMBIÉN. ¿DE ACUERDO? ¡ERES TÚ LA QUE
NO DEJAS DISFRUTAR A HARRY, Y SI LO HACES, TIENE QUE TENER
CUIDADO DE QUE TUS GLIPOLLECES NO LE ARRUINEN LAS VACACIONES! –me gritó intentándose
soltar de Louis.
¿Qué podía decir? Todo lo que había dicho era cierto. Desde que vine,
Harry ha tenido problemas, debería tranquilizarme un poco. Me solté de Harry y
me fui a la otra parte del yate para pensar en lo que me había dicho. ¿De
verdad estaban bien sin mí? Es verdad que Tom ha querido pegar a… ¿Dijo su
Harry? ¿SU Harry?
-_______, ¿estás bien? No la hagas caso. –dijo Harry sentándose conmigo.
-¿Por qué dijo “su” Harry? –dije recalcando la palabra “su”.
-No lo sé, se le va la pinza, supongo. –dijo nervioso.
-¿Has salido alguna vez con ella? ¿Habéis tenido algún tipo de lío antes
de conocernos?
-No, para nada.
-¿Seguro? –se quedó callado un rato. –Lo que suponía.
-Chicos, ya vamos a bajar… -dijo Liam.
-Vale. –dije secamente levantándome y bajando del yate. Cuando pisé el
suelo, me fui con paso ligero a casa, aguantando las lágrimas. No quería que
nadie me siguiese, ni que nadie supiera dónde estaba. Solo quería saber si esa “amiga
de Louis” siente algo por Harry o si él siente algo por ella. En realidad, no
estaba segura de querer saberlo. Por un momento deseé que nada de esto hubiera
pasado. Que nunca hubiera tenido que enamorarme de Harry, que nunca hubiera
tenido que contarle nada de Tom. ¿Por qué tuve que aceptar ir de vacaciones con
él?
Sentí ganas de pegarla, de hacerla saber que ahora Harry pertenecía a mí.
Pero… ¿y si sigue sintiendo algo por ella?
Llegué a la puerta de casa, pero no tenía el bolso. Ni las llaves, ¿qué
podía hacer? ¿Perder la dignidad con Sheila volviendo a por las
llaves? No. Seguramente estén cenando en algún restaurante. Me senté en las
escaleras de fuera para pensar.
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