-¿Qué
haces aquí, guarra? –gritó Harry enfadado.
-Clara
me dijo que ibais a estar aquí. –dijo pijamente.
-Imposible.
–intervine desafiante.
-¿Por
qué? ¿la doy miedo?
-La das
asco. –dije acercándome a ella pero Harry me cogió de la cintura y me abrazó. Me
dio besos por toda la cara.
-Te amo
____. –dijo dulcemente.
-Y yo. –me
di la vuelta y le besé. Después de un rato en el que me olvidé de que Sara
estaba ahí, me di la vuelta. NO vi nada.
-Ella
me sigue queriendo. Me ama. Suele llorar por las noches porque sabe que no la
quiero, que estoy con otra. Y que voy a pasar el resto de mi vida con ella. –me
dijo Harry.
-Tenemos
17 años, todavía queda mucho por delan… -no pude seguir. Mi corazón dejó de
latir y me salían lágrimas de los ojos. No podía ser… Mi rostro formaba una
expresión de asombro, de amor, de no saber nada de lo que está pasando. Aunque
en el fondo lo sabía todo…
Harry,
mi novio; sacaba lentamente de su bolsillo de la chaqueta una cajita roja
pequeña. Me miró y sonrió, aunque sus ojos mostraban un poco de miedo. Se fue
agachando lentamente y abrió la cajita. No podía ser verdad lo que veía… Un
anillo precioso con un pequeño diamante en el centro, metido en una esponjita
lila, mi color favorito… Me miró y me sonrió.
-______,
¿quieres casarte conmigo? –preguntó Harry con ojos brillantes.
Me sentía
como en otro mundo, nunca pensé que pasaría esto; que en serio iba a ser así. Muchas
veces he soñado con este momento pero… ¿acaso pensé que se iba a hacer
realidad? Noté la lágrima caer al fin por mi mejilla.
-Contesta,
por favor. –pidió Harry.
-Pero
no sé cocinar, ni tengo trabajo, tampoco sé planchar, ni utilizar la lavadora,
yo…
-Quiero
que seas mi mujer, no mi esclava. Por favor, contesta. –dijo asustado.
-Harry…
yo… -no podía decir esa palabra. Mi corazón pedía a gritos que la dijera, y mi
mente dudaba, pero mi boca no reaccionaba. –Sí…
Nada más
decir esa palabra, Harry se levantó rápido y me abrazó, besándome. Le agarré
del cuello y luego me levantó, dándome vueltas por el aire. Noté su mejilla húmeda,
no sabía si esas lágrimas eran mías o suyas. Me separé y le vi con esos ojos
verdes de los que me enamoré una vez, y de los que cada día miro y pienso: “¿por
qué no le conocí antes?”
-Te
amo. –me dijo dándome un pequeño beso en los labios.
-Y yo. –le
besé otra vez.
***
Llamaron
a la puerta y fui a abrirla.
-¡Felicidades!
–me dijo Niall.
-¡Niall!
Se supone que no sabíamos nada. –le regañó. Niall bajó la vista, luego la subió
poniendo cara de cachorrito.
-¿Ya lo
sabíais? –pregunté extrañada.
-Sí,
por eso les eché de casa. –dijo Harry por detrás riéndose.
Sonreí y
le di un beso.
-Me
alegro por los dos. –dijo Clara.
-Ahora
es cuando se dice: que duréis; pero es que ya duraréis toda la vida. –dijo Niall
riéndose. Ninguno de los demás se rió.
-Ahora
es cuando Niall suelta: tengo hambre. –dije riéndome, pero esta vez nadie se rió
tampoco. -¡Reíros! No me dejéis sola. –dije fingiendo enfado y todos se rieron.
Preparé
una comida ligera, ya que no me apetecía cocinar, y nos sentamos los cinco a comer. Harry daba de comer a Kevin. Me
encantaba cuando se ponía a jugar con la comida y Kevin se enfadaba.
Cuando
terminamos, Clara y Niall se fueron a “dormir” y Harry y yo nos tumbamos en el
sofá a ver la televisión.
Llamaron
a la puerta y fue Harry.
-Harry…
-oí una voz familiar.
“¡¿Tom!?”
pensé. Fui hasta la puerta y le vi llorar.
-Sarah…
se ha suicidado. Porque no la quieres. –dijo llorando, abrazando a Harry. Todo
me resultó extraño. Conocía a Tom desde hace mucho tiempo, y eso nunca lo hace.
Le miré seria, con una mirada asesina, y él me miró. Puso cara de pena, pero
luego fue cambiando hasta una sonrisa malvada. Sus ojos expresaban venganza.
“¡¿Kevin?!”
pensé horrorizada.
Oh... Diooos siguiente!!!!!!!!
ResponderEliminar