domingo, 24 de febrero de 2013

CAPÍTULO 26: Nueva vida.

Cuando salí del hospital con mi hijo en brazos, fue la mejor sensación del mundo. 
Sonreí al pensar que esa criatura iba a unir más a Harry y a mí, y que iba a tener el mejor padre del mundo. Mi madre soltó unas lágrimas de emoción y subimos en el coche.
Harry cogió de una mochila dos Twix, y me los dio. Me reí y me comí uno.
-¿Sigues dolorida? -preguntó Harry.
-Un poco. -me miró y sonrió. -Bastante. -reconocí.
-Eso es normal, hija, ya pasará. -me dijo mi madre al volante.
Sonreí y llegamos por fin a casa. Cuando abrí la puerta, todos mis amigos y familia estaban gritando "¡Felicidades!" y miré a mi madre. 
Sonreí y empecé a abrir todos los regalos que trajeron. Me regalaron unos trajecitos y pijamas para el bebé, pañales, zapatitos, calcetines, y juguetes.
Cuando todos se fueron, me tiré a la cama agotada. 
Harry se ocupó del bebé mientras descansaba.
-Hija, lo has hecho genial, ¿qué tal la experiencia? -me preguntó mi madre sentándose al lado de mí.
-Creí que me iba a morir de dolor. -dije riéndome. -No, ya en serio, me dolió mucho, y creía que me faltaban fuerzas, pero lo conseguí. Necesito descansar.
-Ya, Harry es muy buen padre, le he visto con el niño. -me reí. -escogiste al mejor. 
Se fue y empecé, no sé cómo, a recordar todo lo que ha pasado desde que conocí a Harry. La primera vez que le vi en el aeropuerto, en la panadería, en Cuba, esos sentimientos que he tenido sobre él desde el primer día que le vi. Di gracias por haberle tenido de vuelta, y por haberme dado un hijo maravilloso con u padre perfecto. Me sentí la mujer más afortunada del mundo, más no podía pedir. 
Iba a empezar una nueva vida.
Cerré los ojos y me quedé dormida. 
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CHICAS, ESTE ES EL ÚLTIMO CAPÍTULO DE LA TEMPORADA. LA SEGUNDA TEMPORADA SERÁ MÁS LARGA Y TENDRÁ MÁS ACCIÓN, ESPERO QUE OS HAYA GUSTADO LOS CAPÍTULOS Y LO SIENTO POR HABER TARDADO EN SUBIR, HE ESTADO CASTIGADA POR LOS EXÁMENES. 

CAPÍTULO 25: Hola, Kevin.

*MESES DESPUÉS*
-Buenas noches. -le di un beso a Harry y me fui a la cama.

Me quedé dormida un rato hasta que oí a Harry acostarse. 
-Queda poco para que esa cuna esté ocupada. -dijo señalando la cuna que estaba al lado de la cama, me giré y sonreí. Le volví a mirar y le di un beso de buenas noches. 
Había veces en las que me despertaba y me encontraba empapada de sudor por una pesadilla. últimamente las pesadillas eran peores: abortos, pérdida de mi hijo, ruptura con Harry... dicen que es normal cuando estás embarazada tener pesadillas, espero que se fueran pronto. 
Me desperté de pronto de golpe y noté que mi ropa interior estaba mojada. Por un momento creí que me había meado encima, pero me vino un dolor insoportable en la tripa y empecé a gemir. Harry se despertó de golpe y me miró asustado. 
-¿Ya? -asentí como pude y llamó a mi madre mientras me cambiaba y mi madre vino corriendo medio vistiéndose.
-Vamos al hospital. -Harry asintió y se puso unos pantalones de chándal y una chaqueta, y me ayudó a bajar  las escaleras.
Ya en el coche, me senté y empecé a notar un fuerte dolor que venía otra vez. Harry me miraba de vez en cuando preocupado y mi madre me ayudaba a tranquilizarme. El viaje se me hizo eterno, pero cuando llegamos las enfermeras no tardaron mucho en cogerme. Me llevaron a una sala y me tumbé en la camilla. Estuve un buen rato recibiendo fuertes contracciones, y por fin me pusieron la epidural. Costó mucho porque mi madre no quería que me la pusieran. Cuando oí decirlo, me puse histérica.
-¿¡Cómo que no!? Me muero de dolor! Enfermera, por favor, póngamela. -pedía a la enfermera. Miraba a Harry y estaba preocupadísimo, me sujetaba la mano y me la apretaba fuerte.
Cuando me pusieron la inyección el dolor no era tan fuerte, pero todavía quedaba algo. 
-Hora de empujar. -dijo un enfermero poniéndose los guantes. Asentí y Harry me dio la mano. 
Estuve un buen rato empujando hasta que por fin salió. 
Los enfermeros le revisaron un poco . 
Harry fue el primero que lo cogió. Le miré con ojos llorosos, estaba tan dulce cogiendo a su hijo...
-Hola, Kevin. -dijo.
Luego lo cogió mi madre y al final yo lo sujeté. 
-Es precioso. -dije. 
-Como su madre. -me dijo Harry dándome un beso en la frente. -Lo has hecho muy bien. 

CAPÍTULO 24: ¿Estás preparada?


Al día siguiente, mi madre llegó a casa temprano, pidiendo disculpas por no haber pasado la noche en casa.
-No pasa nada –dije una y otra vez.
A la hora de la comida, Harry se quedó a comer, y cuando nos sentamos ninguno de los tres hablaba, solo intercambiábamos miradas Harry y yo. Cuando terminamos, Harry me cogió del brazo y me llevó a la habitación.
-¿No se lo ibas a decir? –me preguntó.
-No. Prefiero que ella se de cuenta. –dije segura.
-_____, ¿sabes que eso es peor para las dos? –dijo Harry susurrando.
-No, Harry; si se entera por mí… no quiero, que se entere ella solita. Mi cuerpo va a ir desarrollándose y se notará.
Harry asintió y me dio un pequeño beso en los labios.
*UNA SEMANA DESPUÉS*
Todo pasaba rápido; de vez en cuando me mareaba y mi madre me decía de ir al médico. Pensé que era una buena opción, así sabría lo del embarazo, pero pensé durante mucho tiempo y al final decidí decir que estaba bien, que era solo porque no comía.
Después de muchos días, notaba cómo poco a poco mi tripa iba cogiendo forma y mis pechos crecían, Harry pasaba mucho más tiempo conmigo y me saltaba muchas de las clases. No sabía si era por miedo a que me juzgaran o porque me sintiera mal, pero iba dos o tres veces por semana solamente.
-Mamá, me voy a duchar. –dije cuando terminé de hacer los deberes. Entré al baño y me quité la ropa. Me miré en el espejo de cuerpo entero; pude observar que mi tripa ya había crecido unos centímetros más, y que mis pechos aumentaron de tamaño. Pensé que mi madre ya se habría dado cuenta, ya que, aunque llevase chaquetas y ropa por el estilo que me lo disimulasen un poco, seguía viéndose.
-Hija… -su voz y el abrir de la puerta me asustaron, pero no me moví. Estaba asustada, era la primera vez que mi madre me veía desnuda desde que me quedé embarazada. Me sonrió y se colocó a mi lado, al lado del espejo, mirándose ella también. Vi mi cara, era de horror. Estaba totalmente asustada por lo que podía decir…
-Hija, sé que ya no eres una niña, y que no te debo tratar como tal, pero… creo que sigo siendo tu madre. Recuerda que una madre está ahí para todo, que tienes a Harry, pero no es el único en tu vida. Recuerda que fui yo quien te crió, y quien te ayudaba en todo lo que pasaba antes de que conocieras a ese chico. –hizo una pausa y continuó. –Hija, contéstame. –volvió a hacer una pausa. Esta vez más larga- ¿Estás embarazada?
-No. –respondí rápidamente.
-Vale. –dijo susurrando y yéndose del baño. Llené la bañera y me quedé tumbada en ella un rato, reflexionando.
-Se lo tengo que contar, ______; es hora de que lo sepa. O que lo confirmes. –me dije a mí misma. Terminé con el baño y me vestí. Bajé las escaleras y para mi asombro, estaba Harry y mi madre sentados en la mesa de la cocina. Harry me miraba serio y mi madre miraba a la mesa vacía.
-¿Qué pasa? –pregunté.
Harry se levantó y me dejó sentarme. Acabé en la silla entre medias de los dos, y mi madre empezó a hablar.
-Pocos días después de que Harry volviese, vi cómo tu cuerpo cambiaba. No mucho, pero vi un cierto detalle que había cambiado en él. Al principio creí: “es la edad, está creciendo”; pero luego me di cuenta del rato que pasabas con Harry, de esos malestares, y esas ausencias en clase. Me horroricé con la idea de que podrías estar embarazada, pero no quise decir nada. Hablé con Harry y me lo afirmó todo. –le miré y me sonrió. –Estuvimos hablando sobre el aborto… -me espanté al oír eso.
-¡No! ¿Estás loca? ¡No iba a hacer eso por nada del mundo! Es parte de mí, no quiero perderlo. Ahora es mi hijo. Además, ya es demasiado tarde. –dije con lágrimas en los ojos. Harry me calmó y mi madre continuó.
-Por eso no dijimos nada. Sé lo que es pensar en perder un hijo. Creas que no. Lo sé mejor que nadie. Tu hermano murió días después de nacer. Por eso siempre has oído hablar sobre Carl, aunque solemos mencionarlo poco. Estaba segura en que no ibas a dejarlo escapar, pero por favor, contéstame sinceramente _______. –me miró a los ojos. -¿Estás preparada para tener un hijo?
-Sí… -dije dudosa.
-No, ______. No digas “sí…” –dijo imitándome. –Esto no es de segundas oportunidades, si puedo bien, y si no, también. ¡No! Esto es algo que tienes que estar segura, y preparada para asumir las responsabilidades de tener un hijo. Sé que Harry está preparado. Es más, le he conseguido un trabajo en el que puede que gane lo suficientemente dinero como para comprar lo que necesita.
-Sí, quiero tenerlo. –dije segura.
-De acuerdo. –dijo levantándose para abrazarme. –Felicidades por tu hijo.
-Gracias. 

miércoles, 13 de febrero de 2013

CAPÍTULO 23: La verdad.


-Dime que te ha bajado la regla. –me dijo Clara con ojos brillantes.
-¡Pues claro! –dije riendo. Ella sonrió y suspiró aliviada.
-Menos mal… Creía que estabas embarazada, ¿eh? –dijo riendo.
Sonó el móvil de Clara y me hizo un gesto para que esperase y se fue.
“¿Cómo la he podido mentir así? ¡No me ha bajado la regla! Necesito hablar con alguien” pensé.
-Ya está. Era mi madre, es que… -se calló al ver mi cara pálida. -____, ¿qué te pasa? –me dijo cogiéndome  de los hombros.
-No me ha bajado la regla. Clara, estoy asustada, solo tengo 16 años, no estoy preparada. –dije llorando.
-Tranquila, ¿Por qué me mentiste? –dijo sentándose en la cama conmigo.
-Estaba asustada. –confesé.
-Tranquila, cielo, todo va a salir bien. Vamos a la farmacia, venga.
Salimos y entramos a la farmacia, compramos un test de embarazo y salimos con él en la mano. Mientras leía las instrucciones, iba caminando.
-_____, guarda eso, corre. –me susurró Clara.
-¿Qué? –estaba tan concentrada leyéndolo que no atendí. Lo siguiente que vi fue a Harry con la mirada clavada en mis manos, con una expresión de preocupación, y me miró esperando una respuesta.
-Harry, yo… -intenté explicarlo pero no me salían las palabras.
-Clara, vete, por favor. –dijo Harry serio sin dejar de mirarme. Ella asintió y se fue. -¿Cuándo pensabas decírmelo?
-Cuando estuviese segura, Harry. Clara vio mi calendario y se dio cuenta, y fue ahora mismo, Harry, por favor no te enfades. Lo siento, fuimos corriendo a la farmacia y… -no pude seguir. Mis ojos empezaron a llenarse de lágrimas. –No me dejes ahora, ni siquiera lo sé seguro. –dije mientras él se daba la vuelta y se llevaba las manos a la cabeza.
-Déjame pensar. –dijo secamente y se fue.
Me sentí como una mierda, lo único que pude hacer fue correr lo más rápido que pude a casa, llorando. Empecé a beber líquido y cuando tuve ganas de ir al baño lo usé. Esperé cinco  larguísimos minutos y después no me atreví a mirar. Me armé de valor y lo vi.
“Dos rayitas, no puede ser…”
Repetí el acto una vez más y me salió una rayita.
Por última vez lo volví a hacer y salieron dos.
“No puede ser…”
Llamaron al timbre y me sequé las lágrimas. Abrí y era Harry. Llevaba un traje de bebé pequeño y me miraba triste.
-Lo siento, amor. Estaba asustado, solo era eso. Siento tratarte mal, te amo. –me dijo y me empezó a besar.
-¿Quieres tenerlo? –pregunté asustada.
-Es mi niño, así que no lo voy a dejar ir. –dijo sonriendo y besándome.
-O hija. –dije separándome.
-O hija. –repitió. –¿Cómo tienes pensado decírselo a tu madre?
-No lo sé… Seguro que me echa de casa o algo. –dije seria.
-No te preocupes, si te echa de casa, te vienes a la mía. –dijo sonriendo, y yo imité su acto.
-Vale. –le di la mano y fuimos a la cocina.
-¿Quieres algo de beber? –dijo divertido.
-Que gracioso, ja, ja. –dije acercándome a él. Me cogió de la cintura y me besó. 

lunes, 11 de febrero de 2013

CAPÍTULO 22: Vómito.


Me acerqué y antes de juzgarle le pregunté:
-¡Niall! ¿Dónde está Clara? La estoy buscando, ¿no estás saliendo con ella? –pregunté y Niall me miró perplejo.
-_____, ella no está aquí. Está en su casa. –respondió tranquilamente.
-¡Ah, claro! Y como está en su casa, tú te dedicas a ligar con los demás, ¿NO ES ASÍ? ¡NIALL, NO ME LO ESPERABA DE TI, EN SERIO! –le grité y Harry me tocó el hombro para tranquilizarme.
-No es lo que crees. –respondió Niall nervioso.
-¿¡AH, NO!? LE PIENSO DECIR A LO QUE TE DEDICAS! –salí del restaurante y Niall corrió hacia mí.
-¡No, _____, por favor! –me rogó, pero no le hice caso. Cogí mi teléfono y busqué en mis contactos.
-¡Cuelga! –le miré mal y me puse el teléfono en la oreja. -¡HE DICHO QUE CUELGUES! –me gritó, cogiéndome el móvil con un movimiento fuerte. En ese momento salió Harry y se acercó enfurecido a Niall.
-¿De qué vas, inútil? Primero pones los cuernos a tu novia y luego gritas a la mía? –levantó el brazo para pegarle pero un impulso me obligó a ponerme delante. Harry pudo esquivar la mano rápidamente. -¡_____! ¿Estás bien? –me preguntó preocupado ya que su mano rozó mi rostro.
-Sí, sí… -dije y Harry volvió a mirar mal a Niall. -¡No, Harry! –dije empujándole despacio por la tripa.
-Dejadme explicarlo, no es nada malo. –dijo Niall.
Harry me miró y asintió.
-Pronto es su cumpleaños y he llamado a mi hermana, Vanessa, para que viniera; y así podríamos hacer una fiesta para Clara que pueda recordar toda su vida, nada más. Esa chica es Vanessa, es solo mi hermana. –intentó seguir pero esa tal Vanessa le llamó y nos hizo un gesto para que esperásemos.
-¿Tú le crees? –me preguntó Harry poco convencido.
-Sí. Se parecen mucho, ¿has visto su pelo y sus ojos? Son iguales. –dije abrazándole. Él asintió y me besó.
Niall carraspeó y nos separamos.
-Por favor, no se lo digáis, sé que ha sido un malentendido, pero solo era eso. Es una sorpresa. –dijo Niall.
-Lo siento, Niall, me he pasado. –dije sonriéndole y le abracé. Luego le di un beso en la mejilla, y Harry me miró enfadado.
-Vale, gracias. Adiós. –dijo despidiéndose con la mano. -¡CUANDO SEPA CUÁNDO VA A SER LA FIESTA OS AVISO! –dijo de lejos.
-¡VALE! –dije riéndome. Miré a Harry y se dirigía a casa con las manos en los bolsillos, dejándome atrás. Anduve deprisa para alcanzarle, y él ni se inmutó. Le veía en la cara que estaba enfadado, pero no sabía por qué. Le acaricié el brazo y luego fui bajando las caricias hasta meter la mano en el bolsillo y entrelazarla en la suya. Harry seguía sin decir ni hacer nada. Ni siquiera agarró mi mano. Solté la mano y me quedé parada. Él seguía caminando como si nada.
“Genial… Acabo de recuperarle y ya está enfadado” pensé.
-Harry… -dije con un hilo de voz. Al oír mi tono, se dio la vuelta y se dirigió hacia mí. Me dio un abrazo y me susurró al oído:
-Lo siento, sabes que odio que des besos a los demás y que les sonrías. No quiero perderte, eso es todo. –se separó y me besó.
-Te amo. –dije dándole un beso en los labios. –Y no me vas a perder. –dije  sonriendo.
-No vuelvas a dedicarle una de mis sonrisas a Niall. Ni a él ni a nadie.
-Vale. Te lo prometo. –sonreí y le besé.
Llegamos a casa de la mano y preparamos una pizza. Cenamos y nos tumbamos en el sofá viendo un concurso de talentos.
-Canta genial. –dije oyendo a un chico de dos años más que yo.
-Yo canto mejor. –dijo presumido.
-¿Sí? –pregunté riéndome.
-Sí. En su momento lo verás. –me dio un beso en la mejilla y me quedé dormida en su hombro.
-Princesa… -me susurró Harry. Abrí los ojos y me encontré  en la cama con Harry encima mía. Me sonrió y me empezó a dar besos por toda la cara. Luego bajó por mi cuello.
-Harry… -dije apartándole. Él me miró extrañado.  -Nos pueden oír…
-No creo. –dijo y siguió besando mi cuello.
-No, Harry, ahora no… -dije un poco molesta.
-Vale.. –dijo un poco decepcionado.
-Te lo pagaré. –dije sentándome en la cama y dándole un beso en la mejilla. Sonrió y se levantó.
-Hemos quedado hoy con Niall y Clara para comer en Nando’s. Hace “mucho” que Niall no va. –dijo haciendo comillas con las manos y resaltando la palabra “mucho”.
 -Jajajajja vale, me parece bien. –contesté.
La mañana fue normal, nada interesante. A las dos más o menos fuimos a Nando’s y vi a Clara. Estuvimos hablando de nuestras cosas hasta que vino la camarera y pedimos la comida.
-¡Buf! Con todo esto, seguro que luego vomito. –reí cuando me trajeron mi plato. Los demás se rieron.
Cuando terminamos de comer dimos una vuelta por un parque y luego fuimos Clara y yo a casa mientras Harry y Niall iban a comprar.
Estuvimos hablando de nuestras cosas y subimos a mi habitación porque me pidió que le enseñara mis vestidos.
-¡Oh, Dios, me he enamorado de este! –dijo señalando uno.
-Tenemos la misma talla, así que te lo puedes poner cuando quieras. –sonreí y ella se rió.
Me estaba hablando sobre el fin de semana pasado cuando empecé a sentirme mal, a marearme. Cuando volví a la normalidad, corrí al baño y vomité en el váter.
-¡____!  ¿Estás bien? –me preguntó Clara preocupada.
-Sí, sí, ya dije que la comida esa era demasiado. –dije riéndome.
Ella se rió y volvió a mi habitación mientras me lavaba los dientes.
-Oye, _____, ven. –dijo Clara con un tono raro.
-Voy, ¿qué pasa? –dije entrando.
-¿Es este tu calendario? –asentí. -¿Y ese punto rojo qué es?
-Clara, este es el mes pasado. –dije riéndome. –Son los días que me baja la regla.
La vi y se quedó pálida.
-¡Clara! ¿Qué pasa? –dije preocupada. 

CAPÍTULO 21: -¿No habréis…?


Elegimos una película y fuimos a mi habitación para verla en el ordenador.
-Entonces, ¿yo me voy a Inglaterra o tú te quedas a vivir aquí? –pregunté.
-Te vienes conmigo. –me dio un beso en los labios y se sentó a mi lado, abrazándome.
Empezó la película y yo lo único que hacía era mirar a Harry. Observaba cada fracción de su cara, dando gracias por haber vuelto. Sus labios eran perfectos. Sonreí al saber que eran míos, y sus ojos… No tengo nada que decir. Perfecto se le queda poco. Su pelo, su perfume, su cuerpo, su todo. Me enamoraba cada vez más. Harry sonrió y me di cuenta de que me miraba de reojo. Me reí.
-¿Te gusta la película? –dijo irónico.
-Me encanta. –dije apoyando mi cara en su hombro. –Pensé que nunca más íbamos a estar así. –sonreí y él se rió.
-¿Acaso pensabas que te iba a dejar ir así como así?
-Por un momento lo dudé…
Después vino un silencio incómodo, donde ninguno de los dos sabía que decir.
-Ahora sabes que nunca te dejaré ir. –dijo Harry acariciándome el pelo.
-¿Nunca? –me incorporé para mirarle
-Nunca. –me besó y se oyó la puerta abrirse. Del susto, di un saltito y Harry se rió.
-Nos vamos. Estaremos toda la tarde fuera, y llegaremos tarde; así que haced vosotros la cena. –dijo la madre de Harry. -¡Ah! Y no vayas a ningún sitio. –terminó mirando a Harry.
Nos quedamos mirándonos por un rato hasta que se oyó la puerta cerrarse y Harry me cogió la cara y me empezó a besar apasionadamente. Me tumbó en la cama y él encima mía con sus brazos apoyados para no dejar todo el peso sobre mí, mientras seguía besándome. Me levanté como pude y apagué el ordenador. Al darme la vuelta, Harry ya estaba sin camiseta. Sonreí y él me cogió y me volvió a tumbar en la cama. Con una mano tiró todos los peluches que tenía al suelo, lo que hizo que me riera mientras Harry aprovechaba para quitarme la camiseta. Poco después estábamos ya desnudos.
Me tumbé a su lado con la cabeza apoyada en el torso desnudo de Harry, oyendo su respiración y notando su corazón latir rápido. Colocó el brazo alrededor de mí y estuvimos un tiempo tumbados hasta que sonó mi teléfono.
-¿Sí?
-¡Hola, cariño! ¿Qué tal? ¿Qué hacéis? –dijo mi madre.
-Viendo la película.
-¿Tanto dura? Han pasado dos horas desde que nos fuimos. –dijo extrañada.
“¿Dos horas? ¿Tanto tiempo hemos…?”
-Hola, ¿hay alguien ahí? –preguntó mi madre.
-¡Sí! Es que hemos visto otra.
-Ya, seguro… -dijo poco convincente. -¿No habréis…?
-Vale, chao, mamá, yo también te quiero. –dije interrumpiéndola y colgando el teléfono. Harry soltó una carcajada.
-Nos han pillado. –dijo entre risas.
-Ja, ja, qué gracioso. –dije- Que vergüenza, por Dios… Voy a ducharme.
-Y yo. –se levantó y me cogió de la cintura para ir al baño.
Cuando entramos, abrí el grifo y Harry me cogió y me metió en la bañera. Mientras caía el agua, Harry me abrazaba y me besaba el cuello. Yo solo cerraba los ojos. Me enjaboné el pelo y él el suyo, y luego él pasó sus manos llenas de espuma por todo mi cuerpo, y yo hice lo mismo con él. Cuando terminamos, me besó y salimos a secarnos. Me sequé un poco el pelo y me lo peiné, para luego vestirme y salir a dar una vuelta.
Fuimos a un restaurante cerca y vimos a Niall sentado en una mesa con los brazos rodeando a una chica de más o menos su edad, rubia y con los ojos azules, preciosa. Tenía una sonrisa bonita y no hay que decir mucho de sus ojos, salvo que son perfectos.
-Espera… ¿Ese no es Niall? –preguntó Harry.
-¿No estaba saliendo con Clara? –dije perpleja. 

CAPÍTULO 20: -Echaba de menos tenerte cerca.


Y así pasó el resto de vacaciones. Y el verano que supuestamente iba a ser el mejor de mi vida, resultó ser la peor pesadilla que jamás tendré. Le echaba muchísimo de menos. Ese último “adiós” no lo olvidaré nunca. Deseé volver a atrás en el tiempo y dejar de odiarme por haber sido tan bocazas. ¿Por qué tuve que avisar a su madre? No volví a contactar con él. Pensé que nunca íbamos a volver a vernos.
Pero cuando se cierra una  puerta, se abre otra más grande.
Empecé el último curso, no muy bien, pero lo empecé. Pasaba los recreos sola, leyendo y escribiendo relatos sobre lo que sentía. De verdad me quería morir. Había planeado más de una vez escapar de este infierno y volver con Harry, pero no; no podía.
-Por fin terminan las clases. –dije para mis adentros cuando sonó el timbre. Metí los libros en la mochila y salí a la calle. Todo el mundo gritaba, hablaba, saltaba… odiaba esa hora; pero escuché una voz que me llamó la atención. Me paré y empecé a pensar. Después de muchos nombres di con el de Harry, ¿esa voz era de Harry? Sí, sí era. Esa voz era de Harry, me di la vuelta rápido y, desesperada, me abrí paso entre la multitud, esperando encontrarme con él. Las lágrimas empezaban a asomar, y avanzaba sin saber bien adónde ir. Poco a poco, aquel sitio se fue vaciando de gente, hasta quedar poca. Podía ver las caras de todo el mundo, pero no la de Harry.
“Tus imaginaciones, ______. Solo es eso, le echas de menos, es normal” pensaba. “Me estoy volviendo loca…”
Me subí al autobús y me senté en uno de los asientos del medio, pensando. Esa voz era demasiado real como para haberla imaginado, pero por otra parte, no vi a nadie. Era imposible que hubiera vuelto, y si lo había hecho no se iría así, sin más.
Llegué a la parada y me bajé. Solo tenía que dar la vuelta a la esquina para llegar a casa. En la puerta, vi un coche. Me acerqué, ya que no era de mi madre, y miré por el cristal.
-No puede ser…. –dije con las lágrimas cayendo. Giré y vi la matrícula. No tenía palabras. Simplemente, no tenía.
-Harry. –dije con un hilo de voz. Rápidamente abrí la puerta con llave y me dirigí corriendo al salón. Vi a la madre de Harry hablando con la mía, y oí unos pasos que venían del ático. Dejé la mochila tirada en el suelo y subí corriendo las escaleras.  Cuando llegué al piso de las habitaciones, le vi con los ojos rojos.
-¡Harry! –grité y corrí hasta donde estaba para darle un abrazo fuerte, al que él respondió. Las lágrimas se me saltaban.
-Te he echado de menos. –me dijo separándose y dándome besos por toda la cara, lo que me hizo reír.
-Te amo. –le cogí del cuello y le besé. Él me cogió de la cintura y me apegó más a él. No puedo decir cuánto tiempo estuvimos así, solo puedo decir que fue largo, muy largo. El beso más largo que me han dado en la vida.
-¿Sabes el tiempo que he estado esperando este momento? –le dije con la cara rozando su nariz. Él solo sonrió y me abrazó.
-Siento tardar. –me dijo abrazándome más fuerte. –Después de mucho tiempo convencí a tu madre para que te dejara venir a vivir conmigo.
-Harry, muchas gracias. –le besé otra vez y pude notar cómo sonreía entre beso y beso.
Bajamos las escaleras de la mano y vimos a nuestras madres sonriéndonos.
-Chicos, a las seis vamos a ir al centro comercial nuevo, así que haced vosotros la cena. –dijo Anne, la madre de Harry. Los dos subimos a nuestra habitación y mientras Harry calentaba mi comida, yo me cambiaba. Mientras comía me iba hablando.
-Cuando te fuiste, no sabía qué hacer. Te había llevado a un sitio donde no te tenía que haber llevado sin permiso, así que tenía que cumplir con mi castigo. Pero no era tu culpa, mi madre se habría dado cuenta nada más  irnos, porque no iría a la panadería. –sonrió y acarició mi mejilla. – Hoy te fui a recoger al colegio y nada más llegar te vi saliendo y te llamé; pero corriste hacia la otra acera, pensé que me estabas evitando, así que volví.
-¡No te evitaba, Harry! ¡Te estaba buscando! –me sentía mal por haber corrido.
-Ah, vale… -me mató con una de esas sonrisas, y luego siguió. –Cuando te oí entrar, me lavé la cara de llorar, porque pensé que creías que te había abandonado o algo, y entraste. El abrazo que me diste me quitó todas las dudas: por lo visto, me sigues queriendo. –se rió.
-Jajaj, te amo. –le di un beso corto en los labios.
-¿Qué podemos hacer hasta que se vayan? –dijo sonriendo.
-¿Hasta que se vayan? ¿Acaso tienes planes para cuando se hayan ido? –dije con una sonrisa pícara. Él se rió y se acercó a mi oído.
-Mañana no podrás andar. –me susurró al oído y sonreí.
-Esperaré encantada. –dije burlona.
Me levanté a dejar los platos y cuando lo fui a fregar, Harry me abrazó por atrás. Enjuagué los platos y cuando terminé, me di la vuelta, tenía a Harry delante mía.
-Echaba de menos tenerte cerca. –dije después de besarle.
-Y yo. –me abrazó.
“¿Cuánto tiempo he esperado para poder oler su perfume? “ pensé. 

// Nota //

Siento no poder escribir estos días, mi madre me quitó el ordenador durante toda la semana porque tenía que hacer unos trabajos, lo siento. Voy a escribir unos cuantos, y dentro de poco va a terminar esta temporada. Después de un tiempo, subiré la siguiente temporada, ^^

domingo, 3 de febrero de 2013

Capítulo 19: Debe de ser una broma....


Me desperté y lo primero que vi fue a Harry observarme con una sonrisa en la cara. Le sonreí y me abrazó.
-Te amo. –me dijo tiernamente. –Te echaré de menos…
-¿Qué? –pregunté extrañada. ¿Acaso se iba?
-Me llamo mi madre, y me obligó a volver a Inglaterra. –dijo serio.
-¡Dios! Lo siento, Harry; lo siento mucho, en serio. No sabía lo que hacía, solo quería irme de aquí pero no quiero que te… -Harry me calló con un beso.
-Tranquila, solo me regañó, de momento…
-¡De momento! Soy una estúpida, y una bocazas, y esta vez no me vas a callar. –dije riéndome cuando vi que se acercaba.
-No digas eso, se arreglará. –dijo dulcemente poniendo un mechón de pelo detrás de la oreja.
-Vale… -dije y bajé las escaleras triste. No me podía creer que por mi culpa tendríamos que separarnos. Todavía recuerdo cuando le vi enfrente del espejo en la panadería, estaba tan guapo…
Desayunamos en silencio y luego hicimos las  maletas y nos despedimos de los demás.
-¿Otra vez? ¿No te cansas de joder a Harry? –escuché cuando estaba sola en el garaje, recogiendo mi ropa de la lavadora.
-Sheila… ¿qué haces aquí? –dije borde.
-Nada, solo quería despedirme de Harry. –la miré rara, me extrañaba que no dijera “Mi Harry”.
- Va. –me di la vuelta y noté que alguien se acercaba más a mí.
-Sheila, no me das miedo. –dije sin voltearme.
-¿Me has cambiado el nombre?
“Esa voz no, por favor…” supliqué para mis adentros.
-Tom… -dije dándome la vuelta.
-____ - dijo divertido.
-¿Y tú a qué vienes?
-¿Yo? A darte las gracias por hacer mi trabajo. Quise hundir a Harry y hacerle la vida imposible, pero te adelantaste. Gracias. –dijo acercándose más a mí.
-¡MENTIRA! Yo no le quería hacer nada, ¿vale? –dije empujándole para que no se acercara.
-¡No me grites! –dijo acercándose más a mí, hasta el punto en el que podía sentir su aliento. Me sentí bien, yo le amé una vez. Dicen que si de verdad amaste a una persona, nunca llegarás a olvidarte de ella. No sabía exactamente qué sentía por él. Quizás sentía algo, pero no estaba segura, estaba enamorada de Harry; y eso sí que nadie lo iba a cambiar.
-Yo te amaba… -esas palabras salieron de mi boca sin haberlas antes pensado.
-Y yo. Pero no te lo demostré. –se fue acercando cada vez más, hasta que nuestros labios se rozaron. –Ni te lo voy a demostrar. –dijo bruscamente, cambiando la expresión y marchándose con paso ligero. Sheila, perpleja, se fue también sin decir nada.
Fue en ese momento cuando desperté, volví a la realidad. Me acordé de lo que hice, ¿por qué le dije que yo le amaba? “Esa no era yo” me repetía a mí misma una y otra vez. “Yo amo a Harry, no a Tom. _____, yo amo a Harry, no a Tom”
-¿Ya estás lista? –la voz dulce de Harry me hizo despertar de esos pensamientos. Sentía como si le hubiera traicionado después de ese “beso” con Tom. Me dieron ganas de llorar. Le conocía y sabía que se lo podía decir a Harry, destruyendo nuestro amor. A Harry le dolería, y no me querría volver a ver jamás.
-Harry, te amo. –dije abalanzándome a él, besándole como si fuera la última vez que nos fuéramos a ver.
-Lo sé. –me susurró al oído.
-Te amo. –le dejé bien claro que solo le quería a él. A nadie más.
Nos metimos en el coche y fuimos escuchando música, mientras conversábamos y le pedía perdón una y otra vez.
-____, te perdono. ¿Vale? Deja de pedirme perdón.
Estábamos en la cola de una gasolinera esperando pagar unas bebidas, cuando se acercó a mí y me besó.
-¿Volveremos a vernos? –pregunté abrazándole.
-Sí. Te tendrás que ir ya a Los Ángeles, pero en las próximas vacaciones nos veremos.
“¿Qué? ¿Oí bien? ¿Próximas vacaciones? No, no, no, no, no, esto no puede estar pasando… Quedaba un mes para terminar estas vacaciones y tres meses para las siguientes. Debe de estar bromeando” pensé.
Le miré y su rostro estaba serio.
“No, no es una broma….”