lunes, 15 de julio de 2013

capítulo 57: Otra vez no..

*NARRA CLARA*
Me desperté al sentir un peso encima. Era Nialler, que estaba tumbado encima mía, me sonreía y veía esos ojazos que tanto me gustaban.
Me eché a un lado y se tumbó encima de mí, nos tapamos hasta arriba con las sábanas y nos dormimos.
-Princesa, despierta. -oí susurrar a Niall.
Abrí los ojos lentamente y me lo encontré con un plato de tortitas.
-¡Niall! ¿Lo has hecho tú? -dije emocionada.
-Sï, mi amor. -dijo dulcemente.
-Mentiroso… -se oyó a Harry.
-Bueno, yo he preparado el plato. -dijo Niall mirando hacia abajo. Me empecé a reír y luego me dio de comer.
Le miraba todo el rato a los ojos. Estábamos en silencio, pero no era un silencio incómodo.
-¡ES HORA DE LEVANTARSE! -gritó Zayn llegando a la habitación. -Perrie tiene una actuación en un teatro, por favor, ir a ver a mi princesita. -puso cara de cachorrito y yo me reí.
-Vale, hermano. -dijo Niall. Se fue Zayn y Niall me miró.
-¿Sabes que me apetece?
-Jamón. -dije.
-No. Algo más rico rico.
-¿Rico rico? -me reí. -Uhmm…. ¡MIS SÁNDWICHES!
-No….
-Mis becitos. -dije acercándome a él.
Sonrió y me besó.
-¡NIALL! ¡ERES MALO! -grité.
-¿Por qué? -dijo inocente.
-¡Solo querías que te diera un beso porque me sabe la boca a tortitas! -hice un puchero y Niall se rió.
-Me da igual lo que hayas comido, tú eres mi princesa y te beso cuando y como quiero. -dijo dándome un piquito.
*NARRO YO*
Salí a comprar algo de comida. Cuando entré al supermercado, había como 15 jóvenes de mi edad más o menos. Todos eran muy guapos, pero no parecían muy majos, la verdad.
Di una vuelta por todo el supermercado y compré algo de comer y más cosas. Pagué y salir con la cabeza agachada por si me decían algo.
-¡Eh, tú! -gritaba uno.
Mi corazón empezó a latir fuerte y empecé a tener miedo.
-¿Te vienes con nosotros, cielo? -gritaba otro.
Empecé a caminar deprisa.
-¡Déjala, está gorda!
Se me paró el corazón de golpe. Me vino un recuerdo a la mente.  Sí, me cordaba perfectamente. Tenía.. ¿13? 14 años tenía yo… Me llamaban gorda, medía 1,60 y pesaba 51 kg. Estuve tres semanas sin comer y empecé a perder me peso, me gustó y no me di cuenta de que caí. Caí en la bulimia, yo me seguía viendo gorda pero no lo estaba. Estaba igual que un palo, se me empezaban a notar los huesos y no me conformaba. Quería dejar de comer más tiempo, hasta que se vieran todos los huesos del cuerpo y no estar gorda. Mi madre me veía vomitar todos los días al teminar de comer y lloraba, pero no me dolía verla así. Yo era de esa forma, la opinión de los demás para mí estaba por encima de cualquier cosa. Si a alguien no le gustaba,  me dejaba la piel para que me dejasen de insultar, hasta que me di cuenta que no, que así no se podía vivir.
Pero eso me hizo daño de verdad.
Contenía las lágrimas todo lo que pude hasta llegar a casa, dejé las bolsas en la cocina y fui corriendo al baño a llorar.
Después de mucho tiempo llorando, me maquillé para disimular y salí a comer. Estábamos todos sentados comiendo y hablaban y se reían. Yo me aguantaba las ganas de llorar, de dejar de comer, volver a adelgazar. Pero sabía que no podía, era malo. Lo que me pasó me cambió por completo. ¿Qué pensaría Clara de todo esto? ¿Y Harry?
Terminamos de comer y fui corriendo al baño. Cerré la puerta y eché el pestillo. Me puse de rodillas en el váter y me metí el dedo por la garganta. Me sentí como si volviese al pasado, como si tuviera 4 años menos… por fin vomité toda la comida.
Sentí un vacío. No sabía decir si era en el pecho o en la tripa. Empecé a llorar.
Me tumbé en el suelo y sentí escalofríos. No quería caer otra vez. Sabía que no podía hacer esto.
“Será la última vez, prometido” pensé.
Me levanté y salí. Harry pasó por el pasillo y sonrió de forma forzada.
-¿Pasa algo? .-pregunté.

-No, cielo. -dijo poco convincente y me dio un beso en la mejilla.

2 comentarios: